15 de febrero de 2022

“Fractal” de Margarita Siempre Viva, una metáfora de la vida

 


Mientras escribo esta reseña, este intento de reseña, escucho “Fractal”, el más reciente sencillo de la agrupación bellanita Margarita Siempre Viva, un abrebocas de su próximo larga duración. 

Aparte del sintetizador (instrumento con el que recientemente Margarita Siempre Viva ha hecho unas exploraciones bastante interesantes que le han dado a su sonido nostálgico algunos visos de vitalidad), lo que más me llama la atención de esta canción es la letra, la cual expresa con sinceridad los vaivenes de la existencia, desde el desdén que no se despega de nuestros ojos al amanecer, hasta la esperanza que se evapora al atardecer. 

“Colirio, desmánchame las monedas de papel”, esta frase me hace recordar el “pensar es tener los ojos enfermos” de Bajotierra, el mantra de una generación cansada de pensar lo mismo y que todavía tiene los ojos enfermos. Pido disculpas por la analogía forzada, pero me es inevitable hacerla porque así nos separen unos años, los que cantamos “Ojos enfermos” embriagados o extasiados, tratando de no pensar en el ruido de las balas y las bombas, no nos diferenciamos en nada de los que hoy cantan “Fractal” en medio del desdén reinante. Al fin y al cabo, Medellín es un sucio que se nos mete a los ojos para el cual ningún colirio es efectivo.  

Los contrastes existenciales de la letra también los transmite la música: “Fractal”, a pesar de sonar apacible y bucólica en un inicio, es densa, como si en vez de una canción indie fuera a sonar el Réquiem de Mozart. El sintetizador aporta misterio, una atmosfera lúgubre de la que es difícil desprenderse, hasta que irrumpe un rasgueo de guitarra y la canción se vuelve enérgica, vibrante, muy en sintonía con las primeras canciones del grupo. Más que un capricho efectista, este repentino cambio de ritmo es una metáfora de la vida misma y sus constantes movimientos. Ahí, el fractal, más que ser un título atractivo, cobra sentido porque en medio del caos va a revelar su infinita belleza a quien esté dispuesto a apreciarla. 

Este detalle me hace pensar en algo después de escuchar “Fractal” una, dos, tres, cuatro y hasta cinco veces: más que una canción triste, Margarita Siempre Viva hace una celebración de la vida y tal vez ello abra nuevos ciclos en el grupo que, como un fractal, revele formas insospechadas. 

Por ahora, y antes de darle punto final a esta reseña, a este intento de reseña, me limito a esperar a que el próximo disco de Margarita Siempre Viva (cuyo baterista, Camilo el “Bichi”, se marchó de la banda por “motivos personales”) llegue pronto. Mientras tanto, seguiré escuchando “Fractal” una, dos, tres, cuatro y cinco veces más, hasta que el colirio, parafraseando a Mateo, Cristian, Alejandro y Daniel, desmanche las monedas de papel. 





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