El
asfalto musical de Struck 9
Struck 9 no es una
típica banda de rock paisa. No hace parte de ese selecto grupo de bandas medellinenses
que hoy se dedican a componer himnos adolescentes, futboleros o
institucionales. Tampoco es de esas bandas que se encierra en su zona de
confort y es indiferente al ruido urbano. Es, a diferencia de todas ellas, una
banda que puede incitarnos al baile desenfrenado o estrellarnos contra el
pavimento.
Struck 9 fue conformada en el 2008 por Andrés
Felipe Cristancho (Andrés Orión) y Andrés Felipe Osorio (Andrés Henker). Su
propuesta sonora gira en torno al EBM (electronic body music), un género
musical surgido en los años 80 que se caracteriza por el uso de golpes
electrónicos bailables mezclados con voces, gritos y líneas repetitivas de sintetizadores.
Los exponentes de este género son Front 242, Nitzer Ebb, Neon Judgement, AndOne y Lost Image, y aunque su esplendor duró hasta finales de los 90, a partir
del año 2000 evolucionó a lo que hoy se conoce como “revival” gracias al surgimiento de bandas como Spetsnaz, Spark y Container90.
El sonido demoledor de
Struck 9 ha sido influenciado por el de la las bandas clásicas de EBM y otros
artistas como Joy Division, The Clash y Pink Floyd. Incluso, se ha nutrido de grupos
representativos del punk en Medellín como I.R.A, Fértil Miseria, y Desadaptadoz,
admirados profundamente por Andrés Orión y Andrés Henker. Después de haber
grabado algunas maquetas y de haberse presentado en Medellín y Bogotá, este año
Struck 9 lanza su primer disco, Democracy,
el cual ha sido denominado por Andrés Orión como un “una sinfonía industrial y un asfalto musical” que pretende incitar
a una catarsis colectiva.
Aunque la banda es
considerada como pionera del EBM en Colombia y se ha esforzado por hacer un sonido
diferente, es más conocida en otros países que en su propia tierra. Así lo
demuestra un ranking realizado en el 2010 por la emisora alemana EBM Radio y en
el que ocupó el primer lugar con su sencillo Default. Sin embargo, Struck 9 comienza a abrirse un camino en la
escena local y muy seguramente Democracy dará
de qué hablar, ya que las once canciones que lo conforman no solamente
reivindican a los obreros que forjaron la Medellín industrial, de la cual sólo
quedan recuerdos, sino que también producen una atmosfera alucinante y distópica.
Además, la propuesta visual de Democracy es
contundente ya que en la caratula aparece una foto a blanco y negro de la
escultura Monumento a los obreros realizada
por el maestro Justo Arosomena y la cara del CD resalta con el colorido de La mano de Dios, una pintura del maestro
Jorge Uribe.
Democracy
es
un collage de imágenes y sensaciones. Quien escuche Bodyrage, la primera canción de este álbum, sufrirá una combustión
interna que no se apagará fácilmente. Las cenizas son sacudidas con Revolutionary progress, un canto profético
que podría ser entonado por un grupo de robots declarados en huelga. Pero el
momento más intenso de este álbum llega con Default,
pura furia bailable que transporta la mente a dimensiones desconocidas.
Por su parte, el mundo se despierta de su letargo con Democracy, canción que no solamente le da el nombre al álbum, sino que también reta a quienes han impuesto al miedo como única salida a los problemas. Sin embargo, la incertidumbre se hace presente con Delta force, una advertencia enviada por un mercenario que pretende destruirlo todo a su paso. A pesar de la destrucción desatada por este personaje Antipatriota y Gunmaster suenan con fuerza y hacen un llamado a enarbolar las banderas de la transformación y quitarle al espíritu cualquier mordaza. Por último, la potente instrumentalización de Combustion atraviesa el silencio con destreza, mientras que los remixes de Antipatriota y Default, realizados por Tech Nomader y Equitant, exponentes actuales del EBM, confirman que Struck 9 es una banda con proyección internacional que puede agitar el polvo de una fábrica abandonada.
Por su parte, el mundo se despierta de su letargo con Democracy, canción que no solamente le da el nombre al álbum, sino que también reta a quienes han impuesto al miedo como única salida a los problemas. Sin embargo, la incertidumbre se hace presente con Delta force, una advertencia enviada por un mercenario que pretende destruirlo todo a su paso. A pesar de la destrucción desatada por este personaje Antipatriota y Gunmaster suenan con fuerza y hacen un llamado a enarbolar las banderas de la transformación y quitarle al espíritu cualquier mordaza. Por último, la potente instrumentalización de Combustion atraviesa el silencio con destreza, mientras que los remixes de Antipatriota y Default, realizados por Tech Nomader y Equitant, exponentes actuales del EBM, confirman que Struck 9 es una banda con proyección internacional que puede agitar el polvo de una fábrica abandonada.
Después de que el caos
y el orden se conjugaran perfectamente a lo largo del disco, queda la
satisfacción de haber escuchado a una banda que rompe con los convencionalismos
de una escena autocomplaciente. Ojalá que más personas, dentro y fuera de
Medellín, se dejen llevar por su asfalto musical.
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