27 de septiembre de 2014


El mensaje del Intruso armónico



Un intruso armónico ha llegado de una galaxia lejana para sacudir al presente, el pasado y el futuro. Se trata del quinto álbum de la banda colombiana Estados Alterados, liderada por Fernando Sierra (Elvis) y Ricardo Restrepo (Ricky) y que en los años 90 marcó a muchos jóvenes con canciones como El velo, Muévete, Los seres de la noche o La fiebre de marzo.

El nombre de este álbum surgió a raíz de una expresión utilizada por el productor Phill Vlnall, quien durante la grabación de Romances científicos en el 2010, solía decir que había un intruso armónico cuando escuchaba algo que no le gustaba . Este acote perfeccionista caló profundamente en Elvis y Ricky, quienes después de promocionar el álbum y superar la partida del tecladista y fundador de la banda, Gabriel “Tato” Lopera, se embarcaron en un nuevo proyecto que les tomó cuatro años y en el que contaron con la colaboración del vocalista de La Pestilencia, Dilson Díaz, y la participación de Juan Gallego (bajo), Susana Correa (guitarra) y Natalia Valencia (teclados). Las letras de las canciones fueron escritas a través de emails debido a que los integrantes de la banda viven en Bogotá, Los Ángeles, Nueva York y Medellín. Muchos de los ensayos se realizaron en el municipio de Rionegro (Antioquia) y el material final fue grabado en Los Ángeles con el visto bueno de Víctor García, productor del primer álbum de la banda que fue lanzado en 1991. 

Sin duda alguna Intruso armónico suena muy diferente a los otros álbumes grabados por Estados Alterados. Su sonido es maduro y experimental, y aunque mantiene la esencia electrónica de la banda incorpora de manera acertada otros géneros como el bolero y el pop. Además, aparecen instrumentos que no habían sido utilizados anteriormente como el bandoneón y las congas. Esta transformación también puede verse en la caratula diseñada por el artista plástico Wolfgang Guarín, quien se basó en un muñeco de papel realizado por el mismo Elvis y que luego se convirtió en la imagen del grupo. 

Las once canciones que conforman Intruso armónico parecen el itinerario de un viajero que quiere sentir nuevas sensaciones y no teme atravesar terrenos desconocidos. El álbum inicia con Mi mente, una invocación al deseo que arrasa con cualquier prejuicio. El vértigo continúa con A toda, una canción que corre como un auto de carreras y atraviesa la meta después de haber superado los obstáculos puestos por el pasado. Pero la velocidad baja con Guayaquil, una canción tan lúgubre como las luces que iluminaban a las cantinas y los prostíbulos de ese barrio ubicado en pleno centro de Medellín, y en donde las prostitutas, los cuchilleros, comerciantes e intelectuales tenían cabida. La nostalgia dura poco y los aires de renovación llegan con Inventándome, una declaración de principios que busca el cambio total sin recurrir a formulas preconcebidas. El amor no podía quedarse atrás y muestra su mejor cara con Por ti, un homenaje a esas personas que hacen latir el corazón de quienes han librado tantas batallas perdidas. 

Después de esta dulce dedicatoria la pista de baile vuelve a sacudirse con Quiero más, una plegaria hedonista que no se conforma con unas cuantas dosis de placer; Snuff, un pasaje cibernético que convierte a las utopías en distopías y Soñado e imaginado, un juego en el que los sueños hacen posible lo imposible. Finalmente, el intruso armónico demuestra su versatilidad con tres canciones que superan cualquier límite: Navegante, Seguridad y Atonal. Mientras que la primera trata sobre alguien que perdió su rumbo en aguas turbias y la segunda se burla de los gobernantes que patean al pueblo con sus delirios de persecución (cualquier parecido con cierto personaje que gobernó a Colombia durante ocho años no es pura coincidencia), la tercera es un poema sonoro en el que las palabras sobran porque el ruido y el silencio generan todo tipo de sensaciones. 

Una vez terminado este viaje electrizante, el intruso armónico regresará a la galaxia de donde vino para recuperar sus fuerzas. Pero cuando alguien lo necesite el aterrizará inmediatamente a este mundo aquejado por la monotonía y traerá consigo un mensaje renovador que borrará las fronteras impuestas por el tiempo. Quien lo escuche no volverá a ser el mismo.

El siguiente enlace es del vídeo de Guayaquil, sencillo con que fue lanzado el Intruso Armónico. ¡Disfrútenlo!
https://www.youtube.com/watch?v=tBRzCuV565U


10 de septiembre de 2014

¿Alguien puede decirme donde está Mr Bleat?



Hace poco les pregunté a varias personas por el paradero de Mr. Bleat. Pero algunas de ellas no supieron decirme con exactitud dónde se encontraba y otras lo confundieron con un hermano de Mr. Bean, el solitario inglés interpretado por el comediante Rowan Atkinson y que en los años 90 nos hizo reír con sus torpezas.

Desilusionado tuve que conformarme con volver a escuchar su primer disco, Señor Bleat, publicado en el 2011. En él este grupo paisa, conformado en 2007 por Sara Rodas, Pablo Ángel, Alejandro Bernal y Matías Uribe, demuestra que lo suyo es hacer un sonido luminoso que puede despertarnos al amanecer o en las noches volverse sombrío y meternos dentro de un sótano. Muy pocos grupos en Medellín saben hacer esto y por eso Mr Bleat merece ser escuchado con atención, ya que cada uno de sus integrantes convierte a la música en un juego de los sentidos. Alejandro Bernal, por ejemplo, muestra su virtuosismo en la guitarra con unos acordes limpios que llegan hasta los huesos, Pablo Ángel toca el bajo como si estuviese imitando los latidos de su corazón, Matías Uribe golpea la batería con la misma intensidad con que las gotas de lluvia caen sobre el asfalto y Sara Rodas hace florecer los guayacanes de Medellín con su dulce voz.

Las influencias de Mr. Bleat van desde David Bowie y Blur, hasta Patti Smith y Depeche Mode. Esto les ha permitido crear un sonido lúdico que se refuerza con unas letras intimitas que hablan sobre el amor, la naturaleza o la vida nocturna. Para comprobarlo basta con escuchar las once canciones que conforman a Señor Bleat , ya que todas generan  una atmosfera tranquila y vertiginosa. 

El disco arranca con una eXtrafalaria que hace movernos de manera extraña y sigue con Dulce, puro erotismo danzarín y adictivo. Por el contrario, en Lejos de casa nuestros pasos recorren caminos más tranquilos y lo mismo pasa en Ailandia, aunque su sutileza es un fuerte llamado a despojarse de cualquier atadura. Pero los ánimos se levantan con la coquetería de mirada viene, mirada va y nuestras vanidades desfilan por una pasarela de cartón con Canción de moda. Por su parte Bipolar pone en entredicho nuestros sentimientos, Tu boquita provoca darle besos a todo el mundo y Marea borra de un tajo todo lo que hemos dicho. Finalmente, Látex paraliza a nuestro corazón y en menos de un segundo puede hacerlo explotar, mientras que en Mal sueño ese mismo corazón se despierta de sus pesadillas y quiere latir en otro cuerpo. En ambas la melancolía se hace presente con unos violines que desentonan con el frenesí de las canciones anteriores, pero que le dan un toque introspectivo al disco. De esta manera Mr Bleat concluye un viaje sonoro donde el baile y la contemplación reflejan los vaivenes de la vida misma.

Luego de haber escuchado este disco, y ante las pocas señales que obtuve sobre el paradero de Mr Bleat, disidí buscar información por mi propia cuenta. Para fortuna de mis oídos me encontré con un artículo de la Revista Metrónomo publicado el 12 de agosto del 2014 y en el que aparece el vídeo del nuevo sencillo del grupo, chicos, chicas. Sin dudarlo le di play y además de deleitarme con una canción que trata sobre la incertidumbre presente en las relaciones humanas, pude darme cuenta de que estos muchachos conservan su esencia pero están llevando la experimentación a un punto más alto. De ahí que la publicación haya escrito lo siguiente:
-          Con un seductor matiz electrónico, esta nueva canción de la agrupación liderada por la encantadora Sara Rodas nos permite echar un vistazo a lo que viene configurando el grupo a nivel musical durante los últimos meses y las fronteras sonoras que se encuentran explorando en vista de lo que esperamos sea la producción de un nuevo disco.

Y muchos estamos esperando a que ese nuevo disco ilumine la escena local. Por eso quiero compartirles el enlace del vídeo, producido además por el proyecto audiovisual Amplificado.tv. Sin más palabras, disfrútenlo, y si alguien les pregunta por el paradero de Mr Bleat ya saben qué respuesta dar:  














7 de septiembre de 2014

Y Cerati seguirá cantando el aquí y el ahora



Nadie lo podía creer. Nadie salía de su asombro. Pero el 4 de septiembre del 2014 los medios de comunicación repitieron hasta el cansancio algo que muchos no querían escuchar: Gustavo Cerati había muerto. Una vez que la clínica Alcla de Buenos Aires emitiera un escueto comunicado en el que anunciaba el fallecimiento del ex vocalista de Soda Stereo, su nombre comenzó a repetirse entre lágrimas con la esperanza de que todo fuera un error y de que su voz volviera a escucharse. Pero no. Cerati se fue y no pudo ganarle la batalla a ese accidente cerebro vascular que durante cuatro años lo condenó a un encierro silencioso. Las palabras de pésame no se hicieron esperar. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, decretó dos días de luto nacional y Andrés Calamaro, otro grande que canta como los salmones, dijo que lloró como un niño cuando la CNN lo llamó a su casa para preguntarle su opinión sobre la irremediable muerte de Cerati. Incluso, la banda colombiana Estados Alterados le hizo un homenaje al músico argentino durante el lanzamiento de su nuevo álbum, Intruso Armónico, y que casualmente se realizó ese mismo día. Fue tanta la sorpresa que Elvis, vocalista de la banda, exclamó lo siguiente: “¡Qué día el que nos tocó pa’ lanzar este trabajo!” Acto seguido suspiró melancólico y el show en el Teatro Pablo Tobón Uribe de Medellín continuó entre la tristeza y la alegría. Al igual que Calamaro y Elvis, otros músicos y políticos de turno expresaron su tristeza ante tal noticia, mientras las redes sociales se inundaron con memes afligidos que recordaban al hombre que en vez de congraciarse consigo mismo le dio las “gracias… ¡totales!” al público que coreó sus canciones sin parar. 


 Varios fans se acercaron a la clínica ALCLA para despedir a Gusravo Cerati. Imagen tomada de www.eluniversal.com.mx 

Su partida dolió y sigue doliendo  porque él compuso la banda sonora de tres generaciones y llevó al rock latinoamericano a otros confines. Y para que esto fuera posible el azar tuvo que meter sus narices y gracias a ello sucedió la historia conocida por muchos: En el verano de 1982 Gustavo Cerati fue de gira con su banda Sauvage a Punta del Este, pero el bar donde hiso sus presentaciones quebró y la dueña de este huyo, no sin antes pagarle con un cheque sin fondos. Mientras tanto, en otro lugar del balneario uruguayo, Héctor "Zeta" Bosio y su banda The Morgan la pasaban de maravilla. Cerati, sin un peso, decidió unírseles y ahí comenzó una relación que años después daría sus frutos. Aunque ambos estudiaban publicidad en la Universidad de El Salvador y veían algunos cursos juntos, nunca hablaron sobre sus pasiones sonoras. Pero en Punta del Este no solamente se dieron cuenta de que vibraban con The Police, sino que también se propusieron crear una banda que sonara como el trío inglés, con la particularidad de que las letras fuesen escritas en español. 

De regreso a Buenos Aires encontraron al otro integrante que necesitaban sin necesidad de hacer un casting. Una noche Carlos Ficcichia, mejor conocido como Charly Alberti, llamó a la casa de Gustavo preguntando por su hermana María Laura, pero ella no quiso atender la llamada porque le parecía un tipo muy pesado. Gustavo pasó al teléfono preguntándole si sabía tocar la batería y Charly dijo que sí, ya que él había heredado el talento percusionista de su papá, el baterista de jazz Tito Alberti. A la semana siguiente él y Zeta fueron a su casa para comprobarlo y despejadas las dudas formaron la banda Los Estereotipos, con la que grabaron un demo en el que aparecen canciones como ¿Por qué no puedo ser del jet set?, Dime Sebastián y Debo soñar. Sin embargo, el nombre de la banda nos los convenció y decidieron cambiarlo por uno más sonoro e indescifrable: Soda Stereo. Sus primeros conciertos fueron en la fiesta de cumpleaños de Alfredo Lois, quien luego se encargaría de diseñar la imagen del grupo, y en un desfile de modas realizado en la discoteca Airport. Un año después, en 1983, fueron descubiertos por el cazatalentos Horacio Martínez y a mediados de 1984 grabaron su primer LP: Soda Stereo. De ahí en adelante los tres plasmaron el sentir de la juventud argentina que comenzó a quitarse las mordazas impuestas por una dictadura desalmada con álbumes como Nada personal (1985), Signos (1986) y Doble vida (1988). La Soda Manía se apoderó de toda Argentina y rápidamente se expandió por Latinoamérica, llegando incluso a contagiar con su sonido a España y los Estados Unidos. Gustavo, Zeta y Charly dejaron de ser los chicos dietéticos que hacían canciones dietéticas para convertirse en las majestades del rock en español. 


Cerati junto a Charly Alberti y Zeta Bosio en los tiempos de Soda Stereo. Foto tomada de www.fotolog.com 

En los 90 demostraron de qué estaban hechos y rugieron como leones con una Canción animal (1990) que estremeció al público y a la crítica. Pero las tensiones musicales y personales comenzaron a erosionar su relación y en 1997, después de haber grabado Dynamo (1992) y Sueño Stereo (1995), Cerati publicó una carta en el diario Clarín en la que confirmó la disolución de la banda y dejó muy en claro que tomó esa decisión  por respeto a sus fans y en beneficio de la salud mental de él y sus antiguos compañeros de banda.

Con la tristeza de haber concluido una trayectoria de quince años en la que se vendieron más de 17.000 millones de copias y se realizaron 1.488 conciertos, Cerati comenzó su carrera como solista, aunque entre 1992 y 1998 desarrolló otros proyectos paralelos como el Colores santos que grabó con Daniel Melero (1992) y los discos Plan V (1996) y Plan Black V Dog (1998) que realizó junto al ensamble electrónico Plan V, conformado por tres músicos chilenos no profesionales. Con Amor amarillo (1993), Bocanada (1998) 11 episodios sinfónicos (2002), Siempre es hoy (2002), Ahí vamos (2006) y Fuerza natural (2008) Cerati abrazó la experimentación y demostró no solamente su capacidad de reinventarse, sino también una sensibilidad inigualable. Si como líder de Soda Stereo él compuso canciones que invitaban al baile, como solista demostró que el sonido puede trazar una ruta hacia el infinito. El Cerati de Soda Stereo y el Cerati solista supieron mimetizarse en una fluctuante escena musical sin dejar a un lado su autenticidad, porque si bien él fue un camaleón que cambiaba de colores constantemente supo plasmar con sus canciones las luces y sombras de una vida que a veces es tan suave como el terciopelo y otras tan dura como el concreto. 


Durante la gira de "Ahí vamos" Foto tomada de www.taringa.net 


A dos días de su muerte la tristeza sigue latente. Pero la mejor forma de mantenerlo vivo es agradecerle todo lo que hiso, porque gracias a Cerati nos dimos cuenta de que perdonar es divino y de que podemos soñar con cosas imposibles. Gracias a él sacamos nuestras pasiones escondidas mientras mirábamos una Persiana americana y nos quitamos la sobredosis de TV con un té para tres. También escuchamos los latidos de un corazón delator mientras caminábamos por la ciudad de la furia o nos aplicábamos una crema de estrellas antes de que llegara el ángel eléctrico. Pero nos sentimos atemorizados cuando él nos dijo que la luna roja borraría la zona de promesas que habíamos dibujado sobre la Avenida Alcorta y que la luz dejaría de pulsar. Por fortuna sus signos no se cumplieron al pie de la letra y pudimos atravesar el puente que hay encima del río babel, lanzar una bocanada y darle un zoom a nuestros amores amarillos antes de que nos dijeran adiós. Gracias a él cualquier momento se convirtió en una canción que escuchamos varias veces y la mejor manera de honrarlo es seguirlo escuchando, porque así  se haya ido su voz seguirá entre nosotros, cantando el aquí y el ahora.