El
hospital donde tratan las enfermedades con música
Para muchas personas los
hospitales son aburridos y tétricos. Pero si visitaran al Hospital San Juan de
Dios del municipio de Támesis (Antioquia) se llevarían una sorpresa. Porque
además de habitaciones y quirófanos esta institución cuenta con un parque
infantil, salones donde se dictan talleres de música, artes y teatro. Los
pacientes no solamente se curan con medicamentos, sino también tocando una
guitarra o amasando un pedazo de arcilla. Este tratamiento poco ortodoxo, pero
sumamente placentero fue diseñado por el doctor Eduardo Rivera Arcila, gerente
del hospital y creador de Niños y niñas
por la paz y Movimiento Joven, dos
iniciativas que buscan la formación integral de los niños y jóvenes que viven
en el municipio.
Rivera Arcila estuvo
presente en el VII Simposio de Líderes Culturales por el Desarrollo y Música Bacana aprovechó su presencia para conversar sobre esta
experiencia, única en Colombia.
¿Cuál
es el trabajo que usted realiza en el Hospital San Juan de Dios de Támesis?
Es un trabajo pensado desde
la promoción de la salud, y no desde la enfermedad. Si queremos mejorar la
calidad de vida de nuestra gente, que es nuestra razón de ser como funcionarios
públicos, debemos hacer todo lo posible para que se enferme menos, y no dedicarnos
solamente a esperarla y atenderla cuando se enferme.
¿Cuál
ha sido el impacto de ese trabajo entre los habitantes de Támesis?
Pienso que a trece años de
haberse implantado esta propuesta los indicadores son positivos. Hoy en Támesis
la gente se enferma menos y de cosas menos graves. No tenemos niños desnutridos
y muy pocos son hospitalizados; los infartos, las crisis hipertensivas, las
descompensaciones diabéticas y otras patologías crónicas y de alto costo han
disminuido y esto nos permite tener más recursos para invertir y reinvertir en
la promoción de la salud.
Y
una parte de esos recursos ha sido destinada para la formación artística y
musical.
Claro. Yo soy un convencido
de que la música y el juego son fundamentales para la formación de un niño. Por
eso, desde que llegué al hospital, contratamos a un músico de manera
permanente. Además, tenemos 17 salones donde los niños reciben clases y uno de
ellos es el de música, llamado Polito en honor al fundador del pueblo, Hipólito
Mejía. Es un espacio maravilloso donde a los niños se les enseña ritmo e
interpretación de instrumentos. Varios de ellos han hecho parte de la chirimía del
hospital, Kiriku, y han representado a Támesis en diferentes eventos
culturales. Es satisfactorio descubrir en los niños habilidades musicales y muy
seguramente ellos harán parte de las bandas marciales de los colegios o
ingresarán a la Casa de la Cultura para ser los músicos del mañana.
Pero además de eso tenemos
un área de lenguajes expresivos y teatro, donde un profesor trabaja con los
niños la expresión corporal y les enseña a descubrir y potencializar sus
habilidades. También tenemos un taller de artes donde ellos amasan, pintan y
recortan, para que desarrollen su motricidad fina y gruesa.
El
doctor Rivera Arcila contando su experiencia en el simposio. Foto de Comité de
Comunicaciones del Barrio Santander.
¿Estos
talleres solamente están dirigidos al público infantil?
Nuestra responsabilidad es
atender a todos los grupos poblacionales. Simplemente, empezamos a trabajar con
la niñez y seguimos con los jóvenes, adultos y tercera edad. Todos ellos se
benefician de los programas del hospital y de otros espacios como el gimnasio,
la zona húmeda; todo lo necesario para hacer un trabajo integral con ellos.
Es
inusual que en un hospital se dicte talleres de música o haya salones de arte.
¿Cómo convence usted a los escépticos de que esto es viable y mejora la calidad
de vida de los pacientes?
Hay que tener convicción. Yo
defiendo este trabajo ante cualquier ente y si me preguntan por qué estoy
invirtiendo dinero en eso yo les digo, desde lo teórico y practico, por qué hay
que hacerlo. Yo no estoy inventando nada, simplemente desarrollo conceptos
científicos que ya está definidos y expresados. Es increíble cuando los niños,
jóvenes y adultos mayores van al hospital a hacer danzas o artes manuales,
porque al mismo tiempo que están haciendo algo que les gusta yo evalúo su
salud.
¿Existe la posibilidad de replicar este modelo en otros municipios de Antioquia?
Eso es lo que yo quisiera.
Esto es una propuesta de paz porque yo la paz no solamente la quiero para
Támesis, sino también para toda Colombia. Hay que interiorizar en los niños el
amor, la fraternidad y solidaridad. En el adulto se pueden cambiar algunas
cosas, pero ya hay unas conductas muy definidas y es muy difícil cambiarlas.
Como
quien dice el arte y la música pueden cambiar al mundo.
Y también el juego.
Definitivamente, por ahí es la cosa.
Nota:
Cuando
el entrevistador terminó de entrevistar al doctor Rivera Arcila quiso conversar
con él sobre Támesis, “la tierra del siempre volver” como la llaman propios y
extraños. La razón es que en ese bello pueblo del suroeste antioqueño nacieron
sus padres, abuelos y tatarabuelos. Incluso, una tía del entrevistador trabaja
en el Hospital San Juan de Dios como asistente de odontología. Por eso, este
encuentro fue casual y nostálgico a la vez. Lamentablemente el tiempo no fue
generoso y el entrevistador se limitó a mandarle saludos a su tía con el
doctor.
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